Invitaciones de boda originales y útiles
«Haberlas haylas». Y muy bonitas. Pero no tienen nuestra esencia. El tema de las invitaciones es un mundo…
Una vez encargado el dibujo, había que ponerse manos a la obra para hacer una invitación que la gente no tirase a la basura al menos, hasta finales de este año 🙂 Y si, pensamos en un sistema de identificación, tipo microchip, para poder acceder a la iglesia, al restaurante y por supuesto, a la barra libre. Pero se nos iba de presupuesto. (jajajaja)
El caso es que (y ahora enserio) pensamos en un calendario chulísimo. Pero además del trabajo, la impresión era muy costosa. Pensando con Adrián (http://adrian-fernandez.com/) mi diseñador gráfico personal… (lo digo porque me hizo la identidad corporativa) se nos ocurrió hacer un marcapáginas. Y este fue el resultado:
Os cuento también cómo lo empaqueté, por si alguna vez queréis hacer algo parecido…
Lo primero, hacer un documento con un tamaño que se ajuste al formato en el que queramos empaquetarlo (cosa que no hicimos nosotros) ya que era un pelín más grande que un sobre) 🙂
En mi caso utilicé unos folios rugosos (A4, normales), cordón del que antiguamente se usaba para atar carne) y unas tarjetas de un color que combinase con el color del papel.
TRUCO: Tuve los folios varias semanas con bolitas de estas que se ponen en los recipientes en las casas que son como ambientadores, en una caja cerrada, para que el papel cogiese ese olor tan rico (que percibió casi todo el mundo).
Luego, es plegar:
Por último, atamos la cuerda de forma que el lazo quede para la parte delantera (que es la más bonita).
Ponemos la etiqueta…
El nombre….
¡Y listo!

Pequelandia: el origen

Ilustraciones que marcan la diferencia
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